Cuando es la furia lo que actúa, cuando estás tan mosqueada que te sale humo por las orejas, que no puedes pensar con claridad, cuando tu mente solo deja pasar los oscuros pensamientos, cuando incluso quieres arrancarle la piel a la persona que amas. En esos momentos es mejor no hablar, evadirte del mundo, olvidarte por un momento de que tienes boca, de que existes y de que puedes expresar lo que sientes, debes permanecer callado, porque todo lo que digas serán tremendas gilipolleces que no podrás remendar ni en un millón de años.