Esenciales.

Hay momentos difíciles en la vida de cualquier persona, llega un momento en el que te das cuenta de que el mundo no es un camino de rosas, y que no existen los príncipes azules ni los castillos. Tampoco existen Papá Noel ni los Reyes Magos, ni siquiera el ratoncito Perez, todas esas fantasías serán substituidas por personas que intentan hacerte feliz. Cuando eres pequeño son tus padres quienes lo intentan, inventándose todo tipo de seres que puedan darte esa felicidad que tanto crees que necesitas. Pero cuando tienes la capacidad de dejar eso atrás te das cuenta de lo innecesarias que son todas esas cosas. No necesitas un príncipe azul, ni un enorme castillo, porque no eres ninguna princesa. Tampoco necesitas creer en que una vez al año van a venir a traerte regalos unas personas a las que no conoces. No necesitas nada de eso. Todo es absurdo. Solo necesitas a esas personas que te hacen feliz. Y no te traen regalos materiales. Te das cuenta de que el mayor regalo que puedes tener son ellos, tenerlos a diario junto a ti, a tu lado, escuchándote, acompañándote en todo momento. Eso era lo único que necesitabas desde siempre, a esas personas, y cuando las encuentras, por fin sientes que te puedes comer el mundo y que nada puede contigo. Y también por eso sientes que te falta algo cuando una de ellas no está. Pero en todo momento hay que recordar que lo más grande que puedes tener son esas personas que siempre te harán sonreír, porque no te abandonarán nunca, por muy idiota que seas, y así es como debe de ser, simplemente: GRACIAS.