Noto el ardor de mis pies. Dedo por dedo van chamuscándose
uno detrás de otro. Las uñas empiezan a soltar un olor de lo más desagradable y
comienzo a sentir como las capas exteriores de mi piel se van abrasando. Negro
sería claro comparado con el color de esa pequeña parte de mi cuerpo. El humo
inunda mis orificios nasales y empiezo a tener dificultades para respirar.
Estoy perdiendo la consciencia. El fuego se propaga por mi cuerpo y yo no estoy
haciendo absolutamente nada para impedirlo. Me estoy quemando, me estoy
muriendo… y lo estoy haciendo por ti. Por ti pondría las manos en el fuego,
caminaría sobre brasas y cristales, besaría a la muerte por salvar tu culo del
mínimo daño, porque vivieras un segundo más, por ver tu sonrisa cada día, por
poder estar contigo una última vez.
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