Y te sientes
estúpida, más estúpida que nunca. Es en ese justo momento en el que quieres que
te trague la tierra y que nadie más te pueda ver. Eso es lo que pasa cuando
estás demasiado pendiente de tus problemas, que olvidas que hay gente a tu
alrededor que te necesita, que te quiere, y que se están preocupando por ti
cuando eres tú la que se tendría que preocupar por ellos. Es tan injusto
sentirte el centro del mundo, porque no lo eres. Nunca lo has sido y nunca lo
serás, y eso no es una mala noticia, es una realidad, no tienes que ser la
principal preocupación de nadie, lo único que debes es la primera en
preocuparte por los tuyos. Ellos, realmente son los importantes, porque sin
ellos, no serías nada, no valdrías nada, porque ellos te hacen grande.
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