Tú sigues ahí, rodeado de los que no te hacen feliz, y yo
sigo aquí, rodeada de nadie. Ambos querríamos estar en otro lugar, en los
brazos del otro, mas eso no va a pasar porque ninguno de los dos va a decir
nada; nos limitaremos a mirarnos, a comernos lentamente con los ojos mientras
el tiempo pasa. Pero seguimos en esquinas opuestas, en mundos distintos, en
lugares incorrectos.
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