El tiempo pasa rápido, tan rápido
que ni siquiera me doy cuenta de en que día vivo, de cuantas horas pasan cuando
estoy a tu lado, de que el tiempo vuela cuando estoy en tu compañía. Pero todo
lo contrario cuando no estás, un segundo se convierte en una eternidad, y mi
cerebro no me permite más acción que extrañarte.
A día de hoy, la felicidad me
desborda al saber que puedo gozar de ti, que te tengo a mi lado, que estarás
ahí cada día dándomelo todo, siendo completamente tú, siendo esa persona a la
que le debo todo lo que tengo, tanto mi sonrisa, como las ganas de levantarme
día a día, recurriendo a una cursilería cutre: “la vida”.
Sé que suena a típico, que roza
lo absurdo y que se podrá expresar de un millón de maneras mejores, pero sin ti
no tengo ganas de nada, me da igual si caen meteoritos o si se descongelan por
completo los polos, me da exactamente lo mismo todo, porque ni puedo, ni
quiero, ni tengo fuerzas para vivir en un mundo en el que tú no estés.
Todo lo que siempre te repito, se
puede decir de distintas maneras, en otros idiomas, con palabras diferentes,
más alto o más bajo, pero no te lo podré decir más claro: eres lo mejor que me
pasó en la vida sin punto de comparación; en resumidas cuentas, que te amo pequeño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario