#Diferente#

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viernes, 9 de marzo de 2012

Una voz demasiado conocida me despierta, sí, es mi madre, piensa que con un diminutivo afectivo hace que el hecho de levantarme sea menos costoso, y la verdad, a veces incluso lo consigue, pero hoy no es uno de esos días, es viernes, tengo la boca seca, la cabeza desplazada a un lugar más bonito en el que me puedo quedar durmiendo todo el día y el estómago revuelto. En fin, es uno de esos días de exámenes en los cuales quieres morirte y revivir cuando hayan acabado, pero por mala suerte no puedo hacer eso, por ahora.
Decido levantarme antes de caer de nuevo en un profundo sueño, me dirijo perdida hacia el armario, hay tanta ropa que jamás me he puesto, tanta ropa que jamás me pondré que no sé que ponerme, elijo unos vaqueros, los únicos que me gustan en realidad, me acuclillo y abro el cajón de las mil y una maravillas, tantos colores de distintas camisetas me ciegan un poco, elijo una, cómoda y que para nada ajustada, me decido a vestirme por fin, cojo una chaqueta de punto que no destaque demasiado con la camiseta que he elegido y me dirijo a la cocina. Olor a colacao, perfecto, signo de que la leche está preparada, mi madre es un cielo preparándome el desayuno pero jamás le pienso dar las gracias. Me siento y empiezo a beber la leche, está tan rica como siempre, es decir, menos buena de  lo que estaría en cualquier otro momento, es imposible disfrutar de cualquier comida a esas horas de la mañana. Acabo de engullir el último sorbo que queda en la taza y la llevo al fregadero. Tomo camino desplazándome como una vagabunda al baño, cojo el cepillo sin demasiadas ganas y froto los dientes con unas ganas en aumento, me enjuago la boca y me observo los dientes, me gusta que estén brillantemente limpios. Una vez acabados los dientes llega el gran desafío, mi pelo, no está demasiado mal, simplemente el dormir no le favorece, pero a quién le va a favorecer dormir siendo arrastrado de cama a estas  horas? Nada, algo habrá que hacer, cojo el peine con decisión y le doy un par de pasadas, está exactamente igual que antes de tocarlo, solo que ahora en vez de parecer sacada del rey león parece que al león le cortaron un poco el pelo, es decir, está con un poco menos de volumen. Bien, vuelvo a la habitación, introduzco los libros en la mochila, oh dios, no pueden acortar las clases aunque solo sea hoy, mañana y el resto de los días que yo tenga que ir? Pues nada, resignación es lo que toca hoy, recojo un poco la habitación para que parezca que me preocupo algo por su estado y, mierda, la cama, todavía está sin hacer, quedan 7 minutos para salir de casa, y necesito hacer la cama y hacerle algo a mi cabeza, pues nada, empecemos por lo fácil, la cama. Todo fuera, sábana arriba, sábana abajo, manta arriba, manta abajo, edredón arriba, edredón abajo, le echo un vistazo, perfecta. Ahora queda lo difícil, parecer viva. No sé que es exactamente que me da este aspecto de muerta viviente, si los ojos hinchados de haberme despertado hace menos de media hora, la cara pálida, los pelos alborotados, no tengo ni idea de que es lo que funciona mal, pero no tengo ni tiempo ni ganas de pararme a pensarlo asique, me quedo frente al espejo, echo un vistazo de arriba a bajo, veo la hora, y sonrío, para que voy a prepararme, si de todas maneras, yo me conozco en todos mis aspectos, los mejores y los peores, arreglada y recién levantada, lo que piensen los demás, es únicamente problema y decisión suyo!


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