Esa seguridad; esa tranquilidad; ese sentimiento abrumador que descontrola mis sentidos y anula mi cerebro por completo; esa dulce melodía que suena de fondo como si de una película se tratase; esa sensación de poder volar cuando estoy a su lado; esa luz que desprende sutilmente cuando sonríe; la sensación que me deja en su ausencia: simples ganas de abrazarlo, sentir ese suave tacto que hace que me estremezca, ese cosquilleo juguetón que acompaña a las mariposas que se encuentran en mi estómago haciendo eco de los escalofríos que se apoderan de mi cuerpo. Todas esas minúsculas perfecciones que han empezado a suceder desde que él está en mi vida.
Ha cambiado todo con un simple acercamiento. Todo sucede tan armónicamente en su presencia que no podría imaginarme esto sin él. Hace que todo concuerde, que lo negro se convierta en arcoíris y lo gris en multicolor. Hace de mi vida la suya, se lo daría todo en este preciso instante, porque nada tendría sentido en su ausencia.
Y es que cuando él pasa por debajo del cielo, solo el tonto mira al cielo!
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