Sabes que estás completamente perdida, cuando estás bailando al ritmo de la más marchosa música, feliz, contenta y animada, y todo eso se esfuma en cuanto te dice que no lo vas a ver hoy. Un sinfín de oscuridad y tristeza se refleja en tu rostro, y de pronto, todo cambia de nuevo, una sonrisa salida de la nada aparece en cuanto hay una mínima esperanza de verlo, una pequeña posibilidad, aunque sean unos minutos, algo, cualquier cosa. Es simplemente esa necesidad de él. Solía decirse: “Todo contigo, nada sin ti”, yo estoy de acuerdo.

A veces, el querer a una persona no es suficiente, a veces hace falta más que eso, sobre todo cuando las personas son incompatibles, cuando no hay nada que las une, cuando son tan completamente diferentes que lo que uno ve negro el otro lo ve blanco. Cuanto te das cuenta de que la persona a la que quieres es lo contrario a ti, que no podéis convivir juntos porque acabáis matándoos. Cuando no ves nada que os una además que el amor es correspondido? Acaso debería bastar con eso? Debiera o no, no basta, eso no alcanza para que ambos sean felices, en ese momento, cuando te das cuenta de que ya no podéis continuar así, que las cosas no se pueden forzar de esa manera, lo único que sientes es impotencia, una impotencia suprema de no poder hacer nada para arreglar las cosas, y es que las cosas no tienen arreglo porque en ningún momento estuvieron bien.

Cuando es la furia lo que actúa, cuando estás tan mosqueada que te sale humo por las orejas, que no puedes pensar con claridad, cuando tu mente solo deja pasar los oscuros pensamientos, cuando incluso quieres arrancarle la piel a la persona que amas. En esos momentos es mejor no hablar, evadirte del mundo, olvidarte por un momento de que tienes boca, de que existes y de que puedes expresar lo que sientes, debes permanecer callado, porque todo lo que digas serán tremendas gilipolleces que no podrás remendar ni en un millón de años.

No aprendo, por más que lo haga, por más que me duela, vuelvo a cometer el mismo error una y otra vez, será verdad eso de que no se tropieza dos veces con la misma piedra, o será que siempre que tropiezas de una manera u otra es con la misma piedra de siempre, que por más que la apartes, nunca se irá del todo, siempre quedará ahí.

Hola preciosidad. 
Sí, soy yo, la misma de siempre, no he cambiado, me sigo deprimiendo cuando no te veo; todavía siento ese dolor punzante en todas partes cuando estás mal; aún no consigo respirar cuando nos enfadamos; todavía muero al pensar en que te puedo perder y no he aprendido a controlar esos celos que me ametrallan cada segundo.
Sabes? La verdad es que no quería contarte nada en concreto, solo quería recordarte que a tu lado, soy la persona más feliz del universo, que puedo enfrentarme a todos mis miedos, que hago todos mis sueños realidad (aunque desde ESE día mi único sueño sea estar a tu lado, cuidarte los 365 días del año, hacer que sonrías, levantarte cuando te derrumbes, llenar de luz tus días de oscuridad, en definitiva, mi sueño eres precisamente TÚ) que siento que tu compañía es sin duda alguna el mejor regalo que me ha dado la vida, el premio más grande que he llegado y llegaré ha alcanzar, que entre lo importante, eres lo más, simplemente esa fuerza que me empuja constantemente a seguir adelante cada día, es como un sueño del que no quiero despertar, más concretamente una fantasía, que contigo no me importa el mundo, quiero que seamos solo tú y yo, eso me basta.
Quería pedirte algo: que me permitas observarte mientras duermes, mientras escucho tu pausada respiración, mientras rozo lentamente tus pies, mientras siento las puntas de dos dedos temblorosas, simplemente déjame percibir que estás tan enamorado como yo. Y ten absolutamente claro que si por algún motivo te despiertas fingiré que duermo para que no te des cuenta de lo fascinada que estoy.
Bueno, como estoy segura de que tarde o temprano cumplirás lo que te he pedido, te confesaré algo que sonará muy cursi (como todo lo anterior), pero supongo que debes saberlo: no puedo evitar intentar llevarte al cielo con cada beso, demostrarte lo que siento con cada mirada, hacerte feliz con cada sonrisa, cuidarte en cada abrazo, protegerte en cada suspiro ni tenerte en la cabeza constantemente. 
Te prometo (por si alguna vez se te ocurre pensar algo distinto): que eres el único en mi corazón, que no te fallaré en ningún momento, que nunca te dejaré solo, y que jamás te haré daño.
PD: No tengo nada más que decir porque creo nada es importante si te tengo, nada exceptuando que… TENGO GANAS DE TI.
Atte.: yo.

Sin querer, lo quise.

Tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac, tic, tac… Cuento cada segundo que resta para verte cuando no estás a mi lado… Momentos interminables sin ti.

La verdad? Te extraño, sí, te echo de menos cuando llevo días sin verte, cuando llevo horas sin escucharte, cuando llevo segundos sin que me des señales de vida…

Te quiero  Te adoro  Te amo… Palabras insignificantes para intentar plasmar lo que siento por ti. A día de hoy eres más que importante, yo diría esencial, imprescindible, eres todo lo que quiero a mi lado, alguien con quién la palabra amor se me queda corta. Una persona que me crea miles de sonrisas diferentes, al verte, al escucharte tu voz, al recordarte… que me crea sensaciones tan espectaculares que no sé describir. Es tan fascinante lo que siento cuando me tienes entre tus brazos, agarrándome fuerte, apretándome contra tu pecho, dejándome escuchar los latidos de tu corazón como escuchar en un susurro que me quieres.

Esa sensación de no poder amar más a una persona, de sentirte tan completo que rebosas, tan estúpidamente enamorado que no lo puedes ocultar.

Aunque ahora hayas desaparecido por completo en mí, aunque ya no seas mi única necesidad, el plantearme que para ti solo fui un capricho, algo que se te antojo tener y que conseguiste, me destroza el corazón. No entiendo como alguien puede hacer tanto daño a otra persona sin importarle lo mal que esta lo pueda pasar. Me parece increíble como un ser, por lo visto, tan egoísta pudo ser tan imprescindible en mi vida, en mi rutina, en mi monotonía marcada por tu respiración, simplemente no logro comprenderlo.

A veces basta con una simple mirada para darte cuenta de que se acabó, de que ella es especial, quizás no tanto como lo fuiste tú, quizás nunca lo será, pero, acaso eso importa ahora? Si se acabó, para qué torturarte más mirándolos? Haciéndote sentir un poquito peor, sintiendo que esa podrías ser tú, sintiéndote en segundo plano. Despierta de una maldita vez, deja de torturarte y de hacerte daño gratuitamente, es que no te das cuenta de que hay miles de niños que darían mucho más de lo que el ha dado por ti, es que no ves que no vale la pena ese estado de vagabunda, basta por favor, estás deteriorándote por semejante estupidez. Entiendo que te cueste, pero es que ni siquiera lo intentas, si, vale, muy bien, es difícil, no lo niego, pero inténtalo al menos, sé que eres más fuerte que eso, que esa situación, siempre lo has sido, no me hagas cambiar mi opinión sobre ti ahora, asique deja de hacer el idiota y espabila, hazte valer, enséñale al mundo tu verdadero yo. Y TODOS  se sorprenderán, incluso tú misma, estoy segura de ello.

A veces me paro a pensar. A pensar en ti, a pensar en mí, me paro y vuelvo a pensar en nosotros. Y lo creas o no, lo primero que me viene a la cabeza son los buenos momentos, quizás hubo más malos que buenos, pero mi mente los fue dejando en un segundo plano sin dejarme elección, quizás estúpida, quizás inteligente, pero lo hizo, y estoy agradecida de ello, porque recordar esos momentos me llena de alegría.

Para ser sincera, me duele recordar todo lo bueno que me aportaste, porque en el fondo de mi corazón, sigue habiendo una vocecilla que susurra tu nombre, porque en mis recuerdos, aún puedo oler ese especial aroma que es solo tuyo, y quizás parezca cursi, pero si hay algo de lo que nunca podré olvidarme es de tus besos, estoy segura que pasara lo que pasara, jamás me olvidaría de ellos. Te aseguro que los momentos que viví a tu lado fueron maravillosos e inolvidables y que los recuerdo todos y cada uno de ellos con lujo de detalles, desde el primer momento hasta el último. Y si ahora me hicieran nombrar un recuerdo que me haga sonreír, haría mención sin lugar a duda, a un día en el que estaba ensimismada y concentrada exclusivamente en ti, simplemente en mi mundo, en el que tú eras el protagonista, cuando de repente y sin previo aviso, apareciste y me aseguraste que me estabas buscando, aún puedo recordar la sensación en mi cuerpo, ese cosquilleo en el estómago, a la vez que un nudo en la garganta que no me dejaba pronunciar palabra, ese calor en las mejillas, signo de mi rubor.

Sé que sabes perfectamente que en el pasado te quise, seguramente no te hagas una idea de cuanto, porque incluso a mí se me hace extraño pensarlo, ahora sinceramente no sé que pensarás, pero aún te quiero, no del mismo modo, claro, ni con la misma intensidad, pero si con la sinceridad del pasado, y si algo me gustaría que supieras es que mis sentimientos van cambiando rápidamente, porque soy así, me ilusiono rápido, y tú no fuiste una excepción, con mis sentimientos soy bastante imprevisible, y tu eres un claro ejemplo, jamás pensé que podría sentir algo tan grande por ti, y aquí estoy, intentado respirar mientras escribo, pero te aseguro que, por mucho que cambien las cosas, nunca dejaré de quererte.