Abrazos, abrazos, abrazos… necesito una dosis de abrazos, donde está la sensación que me dejabas en el cuerpo cuando me abrazabas? Me siento como una princesa besando ranas para encontrar a su príncipe. Como el príncipe probando el zapatito de cristal para saber cual era la muchacha que él buscaba. Desde la última vez que me abrazaste ha pasado mucho tiempo, sí, pero no el tiempo suficiente como para que olvide la sensación de felicidad suprema, de éxtasis que sentía en cada abrazo, cuando me abrazas suavemente, fuerte, muy fuerte y muy fuerte. Deseaba que nunca me soltaras, que jamás me dejaras ir.
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