She's smart, she's beautiful and she's amazing and... she's got not idea.

Es inteligente, preciosa e increible y... no tiene ni idea.

Quizás sea mala, no lo niego, pero que yo lo afirme o no, no tiene validez, ya que no puedo ser objetiva conmigo misma, pero en el caso de que lo sea, estoy totalmente orgullosa de serlo, porque soy increíblemente buena en serlo, incluso parece que pongo todo mi empeño, así que no subestiméis a quién no conocéis en absoluto, porque puede ser el peor monstruo que os podéis encontrar ahí fuera, buena suerte.

Sueños. Todo el mundo sueña con cosas inalcanzables y prácticamente imposibles. Con una enorme casa en la playa, con tener mucho dinero, con tener las mejores ropas y ser la mejor persona en todo. Pero el sueño más común es sin duda el del cuento de hadas perfecto, en el que llega tu príncipe azul en su caballo, te dice cosas bonitas, te lleva a cenar a un lugar extraordinario, tienes una historia preciosa a su lado y sois felices para siempre. Yo no digo que todo eso no vaya a pasar, pero es algo muy difícil. Acaso no puedes  conformarte con el chico que te gusta, tal y como es, y esperar a que llegue el momento. No tiene que ser perfecto. Nada tiene que ser perfecto, ni él, ni el momento, absolutamente nada. Acaso no se supone que si  él está en un historia ya será perfecta? Será vuestra historia. Que más necesitas? Yo creo que nada más.

Ya me apasioné por una sonrisa, una sonrisa perfecta que sería capaz de iluminar un estadio de futbol una oscura noche de invierno; ya he sonreído con todas mis ganas y me he ganado muchas sonrisas también. Ya me enamoré locamente hasta el punto de dejar de saber si existo, hasta llegar a anularme por completo; ya sentí como alguien me amaba incondicionalmente, sobre todo lo demás, una sensación imposible de olvidar, cuando alguien te quiere de esa manera, te mira con ese gesto que elimina todo lo demás. Ya lloré desesperadamente por miles de razones distintas, desde dolor y desamor a felicidad; ya hice llorar a alguien por quién daría todo, y es algo que jamás me perdonaré. Ya sentí el dolor punzante de la decepción, de la desilusión; ya decepcioné y desilusioné a tantas personas que he perdido la cuenta. Ya he pedido disculpas tantas veces que no me acuerdo de ninguna; ya me pidieron disculpas repetidas veces, pero me sigue pareciendo de lo más doloroso que te pueden decir. Ya me reí a carcajadas mientras lo veía solo a él entre miles de personas de las que no podría decir nada; ya he hecho reír a muchas personas con diversas idioteces de las que estoy totalmente orgullosa. He hecho ya tantas cosas, que no sé como seguir ahora, no sé como divertirme, no sé como no he estallado todavía de felicidad.